Zasz era un cerebrado zerg y líder de la Colonia Garm.[1]
Zasz era uno de los más astutos cerebrados, quién nunca dejaba de cuestionar a sus compañeros de manera irritante y quejosa.[1] Él coordinaba las acciones de múltiples cerebrados y espiaba enemigos desde grandes distancias.[2] Mientras que era algo inestable, era extremadamente leal a la Mente Suprema zerg.[1]
Biografía[]
Cómo todos los cerebrados, Zasz fue creado para ayudar a la Mente Suprema a controlar las colonias.[1] Durante la Gran Guerra, Zasz ofreció su consejo al nuevo cerebrado creado para proteger a la crisálida que contenía a Sarah Kerrigan. En Tarsonis, Zasz dirigió al joven cerebrado a exterminar del area cercana a los remanentes del Escuadrón Omega que presentaban una amenaza inmediata a la crisálida.[3]
Una vez que el nuevo cerebrado se hizo lo suficientemente fuerte cómo para viajar a Carbonis, la crisálida fue llevada a una estación espacial atravesando a las fuerzas protoss todavía en órbita. Zasz le advirtió al joven cerebrado que su "primer viaje a través del espacio transposicional podría ser... perturbador."[4]
Planeta Mortífero[]
En Carbonis, las emaciones psiónicas de la crisálida atrajo a terran y protoss y el Enjambre se vio obligado a defender a su preciada criatura.[5] Zasz le advirtió a la Mente Suprema de las visitas indeseables.
El Escuadrón Alfa del Dominio Terran, liderado por el General Edmund Duke, entabló combate primero y fue repelido. Zasz le ordenó al joven cerebrado que mantuviera la calma y reubicara a la crisálida en una ubicación más segura.[2] La nueva ubicación fue descubierta y fue atacada por los Rebeldes de Raynor. A medida que avanzaba la batalla Zasz instó al joven cerebrado para que no permitiera que nada interfiriera con la inminente eclosión de la crisálida.[5]
Una vez eclosionada, Kerrigan deseaba invadir el Américo para obtener los recursos para romper con el acondicionamiento fantasma que obstruía sus habilidades psiónicas. Zasz se opuso a lo que él consideraba como un capricho personal, que no era propio de un servidor de la Mente Suprema. La Mente Suprema le aseguró al cerebrado mayor que los deseos de Kerrigan eran de acuerdo a los suyos y Zasz cedió para ayudar. Sin embargo, Zasz y Kerrigan estaban hechos solamente para tener una relación de adversarios.[6]
Cazadores de Sombras[]
- La palabras finales de Zasz hacia Sarah Kerrigan(fnt)
Liberada de su acondicionamiento fantasma, Kerrigan detectó la presencia de protoss en Carbonis, y pronto fue desafiada a un combate por Tassadar. Zasz detectó algo extraño sobre Tassadar y le aconsejó a Kerrigan que tuviera cuidado. La obstinada Kerrigan no le hizo caso y amenazó a Zasz, lo que causó la exasperación de este último.[7]
Sin embargo, el consejo de Zasz era predictivo; el duelo resultó ser una distracción. Mientras Kerrigan peleaba con la ilusión de Tassadar,[8] el Prelado Oscuro Zeratul se acercó al cerebrado y declaró conocer las debilidades de Kerrigan. El cerebrado fue llevado a un falso sentido de seguridad y ordenó a su colonia que se retirara, permitiendo que Zeratul se acercara aún más. Esto fue el final de Zasz. El prelado demostró que los zerg eran vulnerables a las energías de los templarios oscuros y asesinó al cerebrado.[9][note 1]
Consecuencias[]
La muerte de Zasz fue un gran impacto para el Enjambre. Mientras que Kerrigan al principio alardeaba por el deceso del cerebrado, incluso ella no podía negar las implicancias de un ataque que anuló la reencarnación de un cerebrado.[8]
Por un momento la Mente Suprema estaba en silencio,[10] pero después de la destrucción de la colonia Garm se reveló algo más que solo el suceso de la muerte de un inmortal Cuando la cuchilla de Zeratul perforó a Zasz, la Mente Suprema y el prelado pudieron leer sus pensamientos de manera mutua. Zeratul descubrió el origen de la Mente Suprema,[11] y la Mente Suprema descubrió la ubicación secreta de Aiur.[10]
Notas[]
- ↑ Una explicación distinta de estos eventos es presentada en StarCraft: Queen of Blades. Según esto, el asesinato de Zasz no estaba relacionado con las acciones de Tassadar y todo fue una mera coincidencia.
Referencias[]
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